M U J E R E S D E A R C I L L A

S A N M I G U E L A M A T I T L Á N , O A X. . 1 9 9 9


Dieciséis mujeres de la comunidad de San Miguel Amatitlán, del Estado de Oaxaca, con el apoyo del párroco de su comunidad, el Padre Santiago Rojas, habían recibido un modesto financiamiento por parte del “Populorum Progressio” del Vaticano para invertir en la construcción de sus viviendas, se presentaron en el taller del arquitecto Juan José Santibáñez con el propósito de recibir asesoría para construir sus casas.

Unos años antes, de 1993 a 1996, el arquitecto Santibáñez había realizado varios trabajos para la Diócesis de Huajuapan de León, entre ellas el Centro Diocesano. Las mujeres habían estado ahí, dando servicio en la comunidad y en sus palabras “se enamoraron del espacio”. Decidieron que querían construir sus casas con un estilo parecido y posteriormente lo contactaron.

A partir de ese encuentro nació un proyecto en conjunto, que consistió en la construcción de las viviendas de las dieciséis mujeres, a lo largo de dos años, utilizando recursos, materiales y técnicas de construcción locales, con un presupuesto mínimo. 

Se desarrolló un método de colaboración adecuado a las necesidades y condiciones del proyecto e implicó un trabajo en equipo entre el arquitecto, cuya labor fue la de diseñar, dirigir y supervisar la obra,  y la comunidad de mujeres, que acordaron su propia organización y realizaron las labores de construcción de sus casas.  

En la planeación arquitectónica se buscó una manera de aprovechar la vivienda tradicional, el “cuarto redondo”, que es la vivienda más común en las comunidades campesina,  y se logró optimizarla con algunas adaptaciones, dando como resultado una propuesta que puede ser replicada en lugares con condiciones parecidas, con bajo recursos.

 
 
 

Fotografias de Marcela Taboada

 A partir de éste primer proyecto nacieron otras iniciativas sociales de Arquitectos Artesanos, como La Casa de Chiname, el Seminario de Arquitectura Vernácula “Es como vivir afuera” y Adobe for Women.